El proceso de lixiviación es una técnica hidrometalúrgica, la cual consiste en la obtención de cobre que se encuentra en minerales oxidados, éstos son separados a través de la aplicación de una disolución de ácido sulfúrico y agua. Está técnica es utilizada para recuperar uranio, cobre, zinc, níquel, cobalto, entre otros. La lixiviación en pilas y botaderos consiste en extraer metales pasando una solución a través de una pila de mineral, la solución lixiviante reacciona químicamente con el mineral, disolviendo los metales y retirándose de la roca mineralizada, produciendo una solución “rica”.
El material con que se conforman las pilas de lixiviación pasa previamente por distintos procesos, el primero corresponde a la fragmentación del mineral, el cual se realiza en chancadores primarios y secundarios, para luego ser traslados mediante correas transportadoras a la ubicación de la pila. Finalmente atraviesa el sistema de regadío, el cual mediante aspersores y goteo vierte la solución ácida. Cabe destacar que las pilas de ROM corresponden a mineral sin chancar.
Uno de los aspectos más importantes de este proceso es la estabilidad de las pilas, lo cual tiene estrecha relación con la altura de estas. En el caso de las pilas de lixiviación por cobre, plata y oro, poseen una altura final entre los 30 y 60 metros. Otro aspecto relevante es el ángulo el cual se determina durante el diseño para mantener la estabilidad del talud.